La afición rojiblanca cierra los ojos para transportarse un lustro atrás. Una falta en la frontal. Una caricia sutil envuelta en una obra de arte. Un pacense afincado en los confines del planeta cuyo aroma desprendía la esencia del fútbol. Ángel Cuéllar tratará por todos los medios de que su sombra vuelva a alargarse allá donde los visitantes sólo conocen el naufragio.
Cuéllar confía en el equipo, invicto en su casa: "El Lugo tiene capacidad para poder remontar la eliminatoria. Ya lo demostró ante el Murcia, donde se quedó a las puertas por una situación más que dudosa". El ex delantero cree en la fuerza de su hinchada: "La ciudad va a estar volcada".
Pero los resultados deportivos son fruto del "buen trabajo que el Lugo viene haciendo desde hace bastante tiempo". Mucho antes de la llegada de Setién. "Él ha aportado su conocimiento y tiene muchísimo mérito". Cuéllar quiere destacar la figura de Carlos Mouriz -director deportivo del club- uno de los hombres clave en el éxito del proyecto rojiblanco.
Los recuerdos de Cuéllar
"Todo lo que tengo de Lugo son recuerdos bonitos", apunta el pacense. "Un ambiente fantástico con los compañeros con los que conseguimos el ascenso a Segunda B, luego el equipo se consolidó en la categoría". Cuéllar huye del protagonismo, pese a sus grandísimas actuaciones en el Anxo Carro: "Yo fui uno más".
Ahora verá el partido contra el Alcoyano, con la impotencia de quien no puede ayudar desde el césped, para remontar el 1-0 de la ida. "Es lo peor que lleva un futbolista retirado", reconoce. Y va más lejos: "No sé lo que daría para estar ahí, sería increíble". Cuéllar tratará de desplazarse a la ciudad de las murallas. En su interior, su pueblo presume orgulloso de que un día, no muy lejano, un ángel abrió las puertas del cielo futbolístico que se presenta, como tantas otras cosas, en forma de domingo.
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